Teníamos un comodín en la manga aunque no todos lo sabíamos. Willie, un buen amigo y técnico de la sala, estuvo como siempre ... detallista, brillante, atento y, en general, impecable.
Comenzó el concierto de Stone Age Society con mucha intensidad. Cañeros como ellos saben ser, hicieron que la sala se calentase hasta ebullición con una actuación tremenda. Cuentan desde ese concierto con, al menos, un fan más.
Salir tras ellos nos puso las pilas. Nervios y emoción se fueron mezclando con el nuestra música y empezamos a conectar ... primero entre nosotros y luego con el público. Como suele ocurrir en cada directo hay momento inesperados. En este ocurrió que una de las cuerdas de la guitarra decidió darse de baja a mitad de una de mis canciones favoritas "Deliriums". Gracias a la guitarra de nuestros compañeros de concierto Charlie llegó a tiempo de acabar la canción. (Gracias!).
El concierto continuó subiendo y evolucionando con el público cada vez más cerca, más involucrado.
Sentimos diversión y alegría en el escenario ... y ese algo especial que hace que tocar en directo sea una de esas experiencias inolvidables.
Una vez más gracias a todos y hasta la próxima.